Los museos infantiles ofrecen exposiciones prácticas y multisensoriales en un entorno que estimula el desarrollo. El juego es una actividad vital que los niños utilizan para aprender e interactuar con su mundo. El desarrollo en la primera infancia es fundamental para sentar las bases del aprendizaje futuro. Las investigaciones demuestran que muchas de las habilidades que los niños necesitan para convertirse en adultos productivos y de éxito, como la alfabetización, el razonamiento matemático, la creatividad y las habilidades sociales, tienen su origen en el juego. Los museos infantiles están diseñados para la inclusión de niños de todas las capacidades y procedencias. Proporcionan un entorno único para que los niños conecten con los adultos de sus vidas a través de una interacción significativa. Los espacios interiores y exteriores permiten a los niños ejercitar su cuerpo y su mente durante todo el año. Los museos infantiles refuerzan los recursos comunitarios que educan y cuidan de nuestros niños. También contribuyen a las economías locales y reducen las barreras económicas. Sirven como piedras angulares de la comunidad, ofreciendo programas tanto para niños como para adultos. Las exposiciones que celebran la cultura local dan lugar a niños que son orgullosos administradores de las comunidades en las que viven.